
El pecio del KINGSTON: Historia, misterio y vida submarina en la Ruta Norte Ampliada del Mar Rojo
A escasos kilómetros del famoso SS Thistlegorm, sobre un arrecife rebosante de vida en el sur del Sinaí, yace un tesoro oculto que durante años fue mal identificado. Se le llamó “Sara H”, luego simplemente “Sarah”, hasta que en 1996 el reconocido buceador británico Peter Collings resolvió el enigma: esos restos pertenecían al KINGSTON, un barco británico de finales del siglo XIX con una historia tan fascinante como el entorno natural que lo rodea.


Hoy en día, el Kingston es una de las inmersiones favoritas de los fotógrafos submarinos y forma parte de la Ruta Norte Ampliada a bordo del Red Sea Blue Force 2, uno de los cruceros de buceo más completos y cómodos del Mar Rojo.


Una historia sumergida desde 1881
El Kingston fue construido en 1871 en los astilleros Oswald, en Sunderland, junto al río Wear. Era un barco híbrido de vela y vapor de 262 pies de eslora (casi 80 metros) y 1449 toneladas de peso, diseñado para transportar carga —especialmente carbón— pero también habilitado para pasajeros. Su motor, del que solo se fabricaron 10 unidades, le permitía alcanzar velocidades de hasta 10 nudos.


Zarpó de Cardiff el 28 de enero de 1881 rumbo a Adén, con 1740 toneladas de carbón y una tripulación de 25 hombres. Tras cruzar el Canal de Suez el 16 de febrero, esa misma noche —a las 23:50 y con el mar en calma— se estrelló contra el arrecife de Shag Rock (también conocido como Danabaa), navegando a nueve nudos. A pesar de los esfuerzos por aligerar la carga y reflotarlo, el barco comenzó a hacer agua y fue abandonado el 19 de febrero. Finalmente, se hundió el día 20.
Los supervivientes llegaron a la isla de Gubal en una barca auxiliar y fueron rescatados días después.


Un pecio vivo, fácil de explorar y lleno de color
Hoy, más de 140 años después, el Kingston descansa sobre un lecho de coral duro a tan solo 10-17 metros de profundidad. Su casco permanece parcialmente intacto, con estructuras fácilmente reconocibles como calderas, hélice y el timón, completamente colonizados por corales, esponjas y peces de arrecife.
La escasa profundidad y la claridad del agua convierten esta inmersión en una experiencia ideal para buceadores de todos los niveles. Desde recién titulados Open Water hasta buceadores tek, todos encuentran aquí un escenario único para explorar la historia y capturar imágenes memorables.
Bucea el Kingston cada semana con Blue Force Fleet


La mejor forma de explorar el Kingston es a bordo del Red Sea Blue Force 2, durante la Ruta Norte Ampliada, que se realiza cada semana, con salidas los sábados desde Sharm El Sheikh, entre los meses de marzo y diciembre.
Esta ruta incluye algunos de los pecios más espectaculares del planeta —como el Thistlegorm, el Dunraven o el Giannis D— además de paredes llenas de vida, arrecifes coralinos y encuentros con delfines y tortugas. Todo ello en un itinerario adaptado a todos los niveles de buceo, acompañado por un equipo profesional, en un barco de máximo confort.

¿Estás listo para sumergirte en la historia?
El Kingston no es solo un pecio. Es una cápsula del tiempo, un jardín de coral viviente y una página olvidada de la historia marítima. Y tú puedes ser parte de ella.
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